miércoles, 3 de octubre de 2012
Tiene un cuerpo que da pánico, perfecto para el baloncesto: 2,04,
fibroso, rápido, rectilíneo. Antonio Peña, dominicano crecido en
Brooklyn (Nueva York), es otro de los que, como Van Oostrum, lleva sobre
su espalda la presión de triunfar más temprano que tarde.
No es de extrañar a la vista de sus condiciones. Tiene buena muñeca y
puede jugar indistintamente de '3' y de '4', siendo esta última una
opción que Frade ha explotado poco en pretemporada, pero que sí llevó a
cabo en La Palma.
En su debe puede irse apuntando cierta frialdad e inconstancia. Pero,
claro, si no fuese así, seguramente no estaría en la LEB Oro y el Gran
Canaria no le hubiese dejado ir.
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