Ventaja y Desventaja
Existe un concepto dentro de las Reglas de Juego que rigen nuestro deporte, que es poco comentado fuera de los círculos arbítrales: Este es el concepto de VENTAJA / DESVENTAJA. Un arbitro lo debe tener en cuenta a la hora de pitar un foul o una violación de juego. Para ello debe tener en cuenta dos factores ( relativo y absoluto)
Un buen arbitraje se debe basar en una buena interpretación de la ventaja / desventaja y un conocimiento global del juego.
El baloncesto intenta recoger en su reglamento todas las situaciones que se pueden producir en un rectángulo de Juego con el objetivo de que los árbitros tengan todas las armas posibles para no caer en la disparidad de interpretaciones.
Hay que tener en cuenta que en el reglamento del básquetbol existen dos factores que marcan las violaciones y los contactos permitidos o no permitidos que son: el factor absoluto y el factor relativo.
El factor absoluto es analizar cada acción en relación con las reglas de juego y sus interpretaciones, basándose en los principios que rigen cada regla en particular -ya sean contactos o violaciones-, buscando el máximo responsable de aquello que ha sucedido. Por ejemplo, si la regla de los tres segundos se debe aplicar cuando un jugador atacante entra en la zona contraria y permanece en ella más de tres segundos, no cabría dudar sobre cuándo sancionar al equipo inferior.
No obstante, si un juego fuese arbitrado de esta manera se tornaría poco atractivo. Por esta razón, debe considerarse el factor relativo, que trata de analizar el contacto o la violación a las reglas en función de las circunstancias que se han producido y su influencia sobre el juego. Hay que tener en cuenta, si da ventaja al jugador o al equipo que las causa, si produce una desventaja al jugador o al equipo contrario y si son sistemáticos y entran en contradicción con el espíritu del juego. Este principio supone que toda regla es relativa a priori, ya que antes de aplicarla se debe tener en cuenta la situación de ventaja y desventaja que se produce en cada acción.
Comúnmente se dice que el buen árbitro es aquel que pasa “desapercibido” durante el transcurso de un juego.
Sin embargo el buen arbitro es aquel que interviene sin interferir en el juego, que no pita ni por exceso ni por defecto: Es el que tiene la capacidad de discernir qué contactos son punibles y cuales no.
Un arbitro que entiende y valora las reglas de juego; debe hacer una correcta aplicación del concepto ventaja-desventaja, que se genera en cualquier situación de juego. Para ello el arbitro no solo debe saber interpretar el espíritu de las reglas de juego, sino también conocer aspectos del juego relacionados con sus aspectos técnicos-tácticos.
Un buen arbitraje se debe basar en una buena interpretación de la ventaja / desventaja y un conocimiento global del juego.
El baloncesto intenta recoger en su reglamento todas las situaciones que se pueden producir en un rectángulo de Juego con el objetivo de que los árbitros tengan todas las armas posibles para no caer en la disparidad de interpretaciones.
Hay que tener en cuenta que en el reglamento del básquetbol existen dos factores que marcan las violaciones y los contactos permitidos o no permitidos que son: el factor absoluto y el factor relativo.
El factor absoluto es analizar cada acción en relación con las reglas de juego y sus interpretaciones, basándose en los principios que rigen cada regla en particular -ya sean contactos o violaciones-, buscando el máximo responsable de aquello que ha sucedido. Por ejemplo, si la regla de los tres segundos se debe aplicar cuando un jugador atacante entra en la zona contraria y permanece en ella más de tres segundos, no cabría dudar sobre cuándo sancionar al equipo inferior.
No obstante, si un juego fuese arbitrado de esta manera se tornaría poco atractivo. Por esta razón, debe considerarse el factor relativo, que trata de analizar el contacto o la violación a las reglas en función de las circunstancias que se han producido y su influencia sobre el juego. Hay que tener en cuenta, si da ventaja al jugador o al equipo que las causa, si produce una desventaja al jugador o al equipo contrario y si son sistemáticos y entran en contradicción con el espíritu del juego. Este principio supone que toda regla es relativa a priori, ya que antes de aplicarla se debe tener en cuenta la situación de ventaja y desventaja que se produce en cada acción.
Comúnmente se dice que el buen árbitro es aquel que pasa “desapercibido” durante el transcurso de un juego.
Sin embargo el buen arbitro es aquel que interviene sin interferir en el juego, que no pita ni por exceso ni por defecto: Es el que tiene la capacidad de discernir qué contactos son punibles y cuales no.
Un arbitro que entiende y valora las reglas de juego; debe hacer una correcta aplicación del concepto ventaja-desventaja, que se genera en cualquier situación de juego. Para ello el arbitro no solo debe saber interpretar el espíritu de las reglas de juego, sino también conocer aspectos del juego relacionados con sus aspectos técnicos-tácticos.
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