viernes, 25 de octubre de 2013

BASQUETBOLISTAS DOMINICANOS Y SU RELACIÓN CON OTROS DEPORTES

martes, 22 de octubre de 2013

Durante la exaltación de los nuevos inmortales del Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano, Julio César Franco, inmortalizado en béisbol, recordó en su improvisado y articulado discurso que su deporte original era el baloncesto.
Y el de Franco es apenas uno de una serie de casos en donde se mezclan las disciplinas deportivas en la República Dominicana lo que demuestra, una vez más, la gran condición atlética de que disfrutan los nacidos en esta tierra.
Frank Prats Nº 13
Michael Martínez, por ejemplo, llegó a jugar en el basket superior con el equipo de Los Mina antes de decidirse con el béisbol organizado y llegar hasta las Grandes Ligas.
Pero veamos ahora algunos casos inversos en los cuales los jugadores de baloncesto han tenido su primer contacto con el deporte a través de otras disciplinas.
 
 
Iván Almonte, el único dominicano que ha promediado un doble-doble en la División I del basket de la NCAA, estuvo cerca de ser firmado por Dodgers, Atléticos o Piratas.
Hugo Cabrera, el primer dominicano escogido en un sorteo de la NBA, lo que practica era el béisbol antes de ser “enamorado” por el baloncesto en Nueva York a los 15 años.
Otro que practicaba el béisbol era José -Boyón- Domíguez, el rey de las asistencias con el equipo superior del club Mauricio Báez.
Tito Horford, el primer dominicano en jugar en el baloncesto de la NBA, era un pitcher, a pesar de su estatura que ya en la adolescencia se acercaba a los siete pies.
El rubio de oro de endemoniada habilidad ofensiva, Iván Mieses, también tenía el talento para poder llegar al profesionalismo como pelotero.
Vinicio Muñoz, el hombre récord del basket distrital, se destacó como voleibolista con el club BAMESO.
Otro que estuvo dedicado al voleibol entre la niñez y la preadolescencia en Puerto Plata fue Kelvin Peña al igual que lo hizo en Hato Mayor, Edward Santana.
Aunque el sueño de Evaristo Pérez era ser un pelotero, su trabajo en el Santo Domingo Country Club le permitió convertirse en un consumado golfista.
Jaime Peterson, destacado rebotero y defensor de la selección nacional, primero fue catcher y luego lanzador en la ciudad de Nueva York antes de comenzar crecer.
Frank Prats, otro inmortal del baloncesto, fue un expelotero que llevó a jugar voleibol a nivel presuperior.

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