martes, 29 de octubre de 2013
SANTO DOMINGO.- Desde que ingresó a órbita localizable en la Locura de
Marzo de 2006, Al Horford activó el radar de seguidores del básquet,
tanto en el patio, como en el exterior, y comenzó a enterrar las
frustraciones que se asociaban a su apellido por la carrera de su padre.
Desde ese primer título en la NCAA, no ha parado de subir el listón y
superarlo curso tras curso, al punto que, siete años después de su
aterrizaje en el escenario, no tiene sombra como el mejor jugador
dominicano de todos los tiempos.
Con 27 años cumplidos en junio, al borde de ingresar a la edad en la que
la mayoría de estudios coinciden que los baloncestistas alcanzan el
punto más alto de rendimiento, Horford comienza su séptima temporada en
la NBA llamado a liderar unos Atlanta Hawks con aspiraciones, pero sin
inversiones para competir en la conferencia en la que juega LeBron
James, Carmelo Anthony y Derek Rose, los Pacers de Indiana y Brooklyn
Nets.
ESPN pronostica que sólo 18 jugadores entre 500 serán más determinantes
para sus equipos que Alfred Joel, SLAM (publicación emblemática del
baloncesto estadounidense) lo coloca en el puesto 33 y Sports
Illustrated en el 23. The Associated Press lo bautizó como el nuevo
líder de los Hawks.
Y él está consciente de que sus números deben seguir mejorando, lo que
lo llevó a cancelar su participación en el exigente Premundial de
Venezuela y anticipar el inicio de su preparación. Los disparos de media
distancia desde las esquinas de la cancha fue el punto en el que
trabajó este verano.
El señor esposo de Amelia Vega sabe que, si bien todavía no se estrena
como padre, su responsabilidad será mayor, las cámaras no dejarán de
enfocarlos y de su desempeño dependerá el destino de los Halcones.
"Ahora es distinto. Tengo que ser más agresivo al ataque para marcar el
ritmo en muchos de los partidos. Creo que los demás esperan que yo
acelere el paso en muchas ocasiones", dijo Horford, que vio partir en
los últimos años a figuras como Joe Johnson y Josh Smith.
Horford, ganador de dos anillos universitarios en los Gators de Florida
junto a Joakim Noah y Corey Brewer, viene de agotar su mejor campaña
ofensiva con 17,4 puntos, a pesar de que fue su peor desde la línea de
lances libres (64%). En la captura de rebotes también alcanzó su máximo
(10.2).
Los Hawks debutan mañana visitando a los Mavericks en Dallas a las 8:30
de la noche en la que será la tercera campaña de Horford en su contrato
de US$60 millones y cinco años.
Esta vez el nativo de Puerto Plata tendrá más ayuda en el poste bajo con
la contratación del veterano Paul Millsap y el gigante macedonio Pero
Antic, una mole de 6'11 y 230 libras que lanza con efectividad de tres.
Francisco, otro rol
Francisco García, tras toda una carrera en Sacramento, llega a los
Rockets con grandes expectativas en poder aportar en una cuadra con
aspiraciones.
El francomacorisano, que ha recuperado dotes defensivas, gusta de lanzar
abierto y en los minutos que tenga en Houston puede que disponga de
muchas oportunidades con un James Harden que absorbe bastante.
A sus 31 años, García entrará a su novena campaña en una carrera que le
ha reportado US$28,4 millones antes de impuestos. Esta vez lo hará por
US$1,2 millones.
Charlie, ahora o nunca
El contrato que Charlie Villanueva termina la temporada que empieza
mañana es considerado uno de los más tóxicos que se han firmado en la
liga.
A sus 28 años, Charlie no parece convencer tampoco al nuevo entrenador,
Maurice Cheeks, quien se ha quejado de las condiciones físicas del
nativo en Queens.
En sus cuatro campañas con los Pistons, Villanueva no ha estado lejos de
ese jugador que encantó con promedio de 16 puntos y 6,7 rebotes en la
estación 2008-2009 con los Bucks.
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