martes, 21 de mayo de 2013
Como un absurdo y mala aplicación del baloncesto moderno se puede
calificar la actual situación que están viviendo los jugadores Carlos
Paniagua y Renzo Vargas, en el 39 Campeonato de Baloncesto Superior del
Distrito Nacional.
Ramón Rodríguez, presidente de Abadina, junto a dirigentes de los clubes categoría superior |
Resulta, que estos valiosos jugadores -para cualquier equipo- no pueden
accionar en el torneo superior de su Asociación (Abadina), ya que
“trujillistas” y “retardadas” reglamentaciones se lo impiden.
No hay justificación sana -de mala fe si- que Paniagua y Vargas no
entren al tabloncillo a defender la franela del equipo/club que los
contrate.
Paniagua fue despedido por San Lázaro y Vargas por San Carlos, pero
ambos no pueden jugar con otra franquicia por esas ambiguas
reglamentaciones que prohíben a un atleta de su misma jurisdicción ser
contratado por otro equipo porque tienen reglamentados cambios y
despidos de jugadores para posible inscripción hasta el juego 12, de 30
que tiene programado el calendario de la serie regular de la justa
distrital.
Al juego 12, NO PUEDE SER, de 30 el total de la ronda regular. Ya ellos
no pueden jugar en su torneo de su Asociación y están en el “limbo
deportivo” viendo desde las gradas a otros con mucho menos talentos que
ellos, dejando de percibir un dinerito que hubiese servido para resolver
cualquier problemita en su casa y familia ante la horrible situación
económica que vive el país.
Por el gusto de quien o quienes.
El club San Carlos quería conseguir a Paniagua y no pudo, por su parte,
el club Rafael Barias quiso contratar a Vargas y no pudo. Entonces, a
quien o quienes le reclaman esos jugadores que en su torneo no pueden
jugar por mezquindades clubísticas y Asociadas.
Lo que pasa es que vivimos en un país que no leen, y les echo la culpa a
los clubes y sus dirigentes que se ponen a aprobar cosas sin leer ni
analizar y cuando les perjudica es que abren los ojos.
¿Hoy fueron Paniagua y Vargas, mañana quien será? Y así es que quieren
levantar el baloncesto del distrito, con actitudes de mala fe de algunos
y analfabetismo de otros.
Que este suceso le sirva de reflexión a los clubes de la categoría
superior para actualicen ese ambiguo reglamento de mala fe en muchos
casos, analfabetismo funcionales en unos y acertos en otros.
Eso es para que lean y no estén aprobando planteamientos a lo loco de
los directores técnicos de turno. Abadina es culpable también porque
debe tener un reglamento fijo de la institución y no que cada quien que
nombren director técnico ande con él debajo de los brazos. Y con esto no
es que esté echándole la culpa al actual director técnico sino a lo que
él encontró cuando asumió el cargo y las cosas se quedaron así, y puede
ser, a lo que también haya sometido y se lo aprobaron.
NOTA: Recuerden lectores, aunque no estén de acuerdo con mis
planteamientos, si mes refrenda con altura podemos debatir el tema.
Gracias por leerme.
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