martes, 11 de agosto de 2015
SANTO DOMINGO.- El trabajo físico y las críticas son dos elementos con
los que ha tenido que trabajar Luis David Montero Carrasco, a sus 22
años, el nuevo miembro dominicano de la National Basketball Association
(NBA).
Pero de las dos, no necesariamente ha sido lo físico. Lo más difícil de
superar en este punto donde se encuentra, lo dice sin titubear, como si
ya desde antes tuviera la respuesta: “Las críticas” y se refiere a las
de aquí en su país. “Allá (EE.UU.) nunca me criticaron, que no es mi
país”.
Y esas críticas, de las que no da detalles, son en sentido general y
algo que presuponía. “Tarde o temprano eso iba a venir”, dice. “No
quiero hablar mal de nadie”.
Pero en lugar de amargarse por los ‘dardos’, más bien los ha usado de
plataforma. “Eso yo lo tomo como una motivación. Si yo no trabajo, si no
me critican, es que no lo estoy haciendo bien. Pero creo que lo estoy
haciendo bien, porque me criticaron. Es algo así”.
Cambio de deporte
Bate, pelota y guante desaparecieron de las manos. Lo cambió todo por un
balón. Esa fue la ocupación de “Pingulín”, su apodo. Sólo bastó una
primera visita al Palacio de los Deportes, en cuya ocasión, en 2006, se
enfrentaban en la final Villa Francisca y el Club Naco. “Y desde ese día
el básketball entró por mi sangre”, dice. Es entonces cuando comienza a
asistir al club El Millón, que preside Onésimo Acosta.
Así comenzó, sin saberlo, su carrera enebeísta.
Camino a la NBA
En 2011, el nativo del sector de Los Praditos fue observado por Pedro
Pablo Pérez, un exjugador de baloncesto de aquí y colaborador de este
deporte para RD desde EE.UU.
En ese entonces, Montero era reserva de los Leones de Santo Domingo, y
Pérez, un ejecutivo de ese conjunto. “Para mí es el jugador de mayor
talento natural en la historia de RD”, dijo Pérez desde EE.UU. a DL.
Montero nunca fue subido por los Leones. Un mes después ya estaba en
terreno estadounidense, y gracias a Pérez pasa a seguir su bachillerato
en Wilbrahan Monson Academy, en Massachusetts; a Westchester Community
College en NY y finalmente en South Plains College en Texas, hasta que
decide ir al draft de este año.
Sí se puede
“Pingulín”, aquí, “The Ghost” (El Fantasma) allá, precisa cuándo se dio
cuenta que podía entrar a la NBA “desde que comencé a practicar para el
draft.” -¿Ahí fue? “Ujú”, responde. -¿Ni siquiera cuando fuiste a
Estados Unidos por primera vez “ah-ah”, dice, y subraya, “cuando decidí
que iba para el draft fue que dije que puedo llegar”.
¿Qué número usarás en la NBA?
El 44.
De repente la vida te ha cambiado...
La vida me ha cambiado, pero sigo siendo el mismo Pingulín.
¿Te molesta que te llamen Pingulín?
No me molesta que me digan Pingulín. Siempre me han llamado así, no me hace daño.
¿Y en Estados Unidos cómo te dicen?
The Ghost (El Fantasma). Porque como quien dice salí de la nada, que un
equipo me escoja, que me firmaron, la gente decía que quién era él, que
dónde jugó, de dónde viene, nadie lo conoce. Entonces cuando me vieron
jugar, se sorprendieron. Y ahí la gente comienza a llamarme El Fantasma.
¿Cuál es la ciudad que más te gusta en Estados Unidos?
Boston. Porque es como tranquila. No es tan bullosa.
¿Eres un bailarín?
No realmente. Pero a veces uno tira sus pasos.
¿En la salsa, en la bachata, o el merengue?
En el dembow
¿Es lo que más te gusta?
Es algo como divertido. Como para relajarse y botar el golpe, cuando uno está con sus amigos.
¿Te gusta más el dembow que los otros.
Sí, pero a mí lo que me gusta es el rap.
¿Prefieres la playa o el río?
Los dos. Playa y río son lo mismo para mí.
¿Tu artista favorito?
El Lápiz
¿Tu comida favorita?
Arroz, habichuela y carne de pollo.
¿Aquí, y allá?
Lo mismo. En Nueva York hay muchos restaurantes de comida dominicana.
¿Y el cine?
A veces.
¿En lo personal cómo te defines?
Una persona normal y corriente. Normal como todo joven.
¿Cuántas novias tienes ahora?
Soltero y sin compromiso.
¿Allá en Estados Unidos o aquí?
En todos los lados.
¿Si no fuera basquetbolista que te hubiera gustado ser?
Abogado.
Te agradezco tu tiempo. ¿Algo más qué decir?
No. Gracias.
Éxitos en tu carrera.
Amén. Gracias.
Carlos Sánchez / DL.
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