martes, 10 de septiembre de 2013
Parecía que el cuco no iba a morir nunca, que las pesadillas nos iban a
seguir atormentando, que el salto esperado se volvía a retrasar. Que
otra vez nos quedábamos en la orilla. Afortunadamente, no es como
comienza, es como termina. Y el articulo que dos veces casi escribo hoy
por fin verá la luz.
Con una batallada victoria ante los aguerridos uruguayos, la República
Dominicana selló su boleto al mundial de basket España 2014, una
instancia donde no accedíamos desde que ganamos Oro en Centrobasket 77.
Ese es el titular. Si usted como yo, siente y vive el basket, eso es solo eso, el titular.
Con ese canasto sepulturero del fantasma Eulis Baez, que le cerró los
pasos a una remontada charrúa, se enterraron fracasos de muchas
dimensiones y tamaños, algunos más dramáticos que otros, pero todos
dolorosos.
Victoria a victoria ,RD en este torneo fue exorcizando sus demonios.
Primero el cuco de Argentina, luego PR, después Canada, uno por uno
fueron cayendo en ruta a sellar nuestra entrada a la élite del
baloncesto.
Hoy deberán sustituirse las anécdotas de la derrota ante Panamá en 2005,
la dolorosa ante Canadá en 2009 o el partido contra Nigeria en 2012,
por la sonrisa y las lagrimas en el rostro de los 12 del poliedro.
Claro que este triunfo tiene protagonistas, tantos, que no caben en una
simple columna. Protagonistas que empiezan con el compromiso ineludible
de Jack y Francisco con su selección y que pasan por un cuerpo técnico
que tomó decisiones difíciles y controversiales, pero que hoy se ve
resarcido por el peso del triunfo.
Incluir a James Feldeine es algo que se intentó hacer desde el
repechaje, muchos desconocen que aquella vez, se optó por otro
naturalizado ante la imposibilidad de contar con un jugador fuerte
debajo del aro. Se eligió a Asselin. Gracias a Dios, Feldeine volvió con
humildad y a punta de triples es hoy indispensable en nuestro equipo.
Si, indispensable y clave.
A Eduardo y José Miguel, que soportaron la naturaleza pesimista del
dominicano tomando a veces decisiones difíciles que eran impopulares,
esta victoria les paga su esfuerzo. La apuesta de Southgate manejando la
selección en manos privadas ha surtido frutos. Hoy es impensable volver
al modelo anterior.
Hoy parece lejano el día en que una sanción de FIBA podía sacarnos de
Mar del Plata 2011, aquella vez teníamos una deuda impagable para
FEDOMBAL. Gracias a las manos privadas, pudimos girar 180 grados.
Cuando Frank Herasme al frente de FEDOMBAL firmó con el capital privado
para manejar la selección, muchos dijeron que la estaba "Vendiendo".
Gran mentira, nunca como ahora fue tan nuestra. Tan de todos.
En la cancha, los muchachos dejaron su alma sabiendo que para muchos era
la mejor y última oportunidad de cruzar el charco. Todos sin excepción
jugaron su rol y han ganado su lugar en la historia.
Ahora el baloncesto dominicano tiene el reto de seguir de la mano de
Orlando Antigua, hacer buenos fogeos, seguir con el plan de trabajo y
hacer un papel decoroso en el mundial. Quizá con la presencia de Al
Horford haya hasta chance de pasar de fase. Y después, quien sabe...
Para mi, que estoy llegando a Caracas ahora que todo está consumado, el
sabor es doblemente dulce. Dios me dio la oportunidad de vivir cada
segundo del baloncesto dominicano del 2011 al 2012. Ahora que mis retos
andan por otro sitio, como un fanático más iré a abrazar a los muchachos
uno por uno, pasando a ellos todos los sentimientos de 10 millones de
dominicanos que los admiran y adoran.
Simplemente un año extraordinario. Si gana el Caracas no me aguanta nadie... (Tenía que colar esa..)
Por ahora hay que celebrar, sonreir con Ronald, gozar con Fortuna, soñar
con Towns, pedalear con Coronado, correr con Sosa, crecer con Eloy,
disfrutar con Greer y sobretodo hablar con la z como Edward Santana,
porque junto a los 12 del poliedro y gracias a su hazaña, el baloncesto
dominicano pasó del precipicio al Olimpo. Germinaron las "Lagrimas de
siembra" de Mar del Pata y el repechaje.
Ojalá los triunfos del Clásico y el Premundial nos enseñen a valorar el
arrojo del dominicano, a respetar a quienes toman las decisiones en los
equipos nacionales y sobretodo a apoyar con criticidad, pero con el
convencimiento de que cada jugador o técnico de un conjunto que dice
Dominicana, lleva en su pecho el nombre de todos. No pensar que si a
nuestros equipos les va mal, es va mal a los que lo manejan.
Esa es la mejor enseñanza de los 12 del poliedro. Mostrarnos que, ni el
pesimismo, ni las adversidades, ni los momentos difíciles pueden
derrotar a quien tiene talento y determinación.
¡No pueden! ¡No pueden! ¡Con los 12 del poliedro nadie puede!
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