sábado, 13 de abril de 2013
La reacción de Edgar Sosa fue de total incredulidad; llevó sus manos a
la cabeza, mientras veía por televisión lo que acababa de acontecer
sobre el tabloncillo del estadio Lucas Oil en un partido del baloncesto
colegial (NCAA).
Edgar Sosa debuta este domingo con Cangrejeros de Santurce. |
Sosa, sencillamente, no lo creía. Jamás pensó que otro baloncelista
fuera a sufrir una fractura abierta en una pierna, tal y como él la
sufrió hace dos años en Argentina con la selección de República
Dominicana.
Desde su residencia en Nueva York, el quisqueyano vio al jugador de la
Universidad de Louisville, Kevin Ware, sufrir la terrible lesión en el
partido final de la Región del Medio Oeste a finales del mes pasado.
Ware no era un desconocido para Sosa, quien también perteneció al
programa de Louisville. Por tal razón, el dolor de verlo en aquella
condición fue mayor. “Eso es algo que no se puede explicar”, contó ayer
el nuevo refuerzo comunitario de los Cangrejeros de Santurce previo a
una práctica en el coliseo Roberto Clemente.
“Dos jugadores del mismo programa; ambos de Nueva York; del mismo peso
de 175 libras; de la misma estatura de 6’2”; y la lesión en la misma
pierna”, precisó.
“Cuando eso pasó, yo estaba llegando a mi casa y mi hermano me lo dijo y
le dije que era imposible. No es una lesión de baloncesto. Y cuando vi
la repetición, me quedé con las manos en la cabeza; no lo entendía. Y
más cuando era un jugador que conocía. Fue algo que me sorprendió”,
manifestó Sosa, de 25 años.
Sosa vivió esa terrible experiencia en el Preolímpico de Argentina 2011.
Era un partido ante Panamá y su equipo dominaba ampliamente el
marcador, 92-68. Solo restaban 37 segundos, cuando Sosa penetró y al
caer sufrió la fractura abierta de tibia y peroné.
Al llevar puesto un protector en la pierna no se observó salir el hueso
de la piel, pero sus gritos retumbaron en todo el coliseo. Todos los
jugadores lucían consternados.
De inmediato, Sosa fue trasladado al hospital, donde le estabilizaron la
pierna. “Recuerdo todo como si fuera ayer. Cuando llegué al hospital le
dije a los médicos que me durmieran. No quería ver ni sentir nada. Que
solo me despertaran cuando terminaran”, dijo Sosa al señalar que al día
de hoy aún no ha visto el vídeo de su lesión.
Posteriormente, Sosa viajó a Dominicana y fue sometido a una cirugía
para corregirle la fractura. Precisó que le insertaron una varilla en el
área de la tibia y fue cuando comenzó el periodo más complicado del
proceso.
Larga recuperación
Como parte de la rehabilitación, Sosa estuvo siete meses sin pisar un
tabloncillo. “Después de ese tiempo fue que comencé a trotar en la
cancha”.
Llegó junio del 2012 y la selección dominicana se preparaba para el
Repechaje Olímpico de Venezuela. Sosa hizo un intento por retornar.
“Pero todo el mundo sabía que no estaba preparado; hasta yo mismo sabía
que no estaba preparado, pero quería jugar”, dijo.
Sosa no jugó en el Repechaje, pero, tiempo después, sí quiso participar
en un torneo de fogueo ante Estados Unidos. Era su primera aparición en
casi un año. Y sucedió otro suceso lamentable. Esta vez, se lesionó el
pie izquierdo. “Fue por la carga que le estaba poniendo a la pierna”. La
lesión requería otros seis meses de recuperación.
En medio de todo, Sosa confesó que –en ocasiones– pensó abandonar el
baloncesto. “Lo pensé mucho. Tenía un bachillerato y creía que podía
hacer otra cosa, pero mi mamá no me dejó. Ella sabía que esto era lo que
yo quería hacer”.
Sosa no se rindió. Trabajó pacientemente en su recuperación y, en enero
pasado, llegó la oportunidad de jugar en la Liga ACB de España con el
club Valladolid. Su estadía, no obstante, fue corta al sufrir un
esguince en un tobillo. “No fue nada de la pierna, solo que pisé a un
compañero de equipo”, dijo Sosa al promediar 4.5 puntos y 2.5
asistencias en 17 minutos, en España.
Ya recuperado de la última lesión, Sosa llega a la Isla para debutar
mañana con los Cangrejeros. Él mismo reconoce que este turno es uno
vital en su carrera. Es el momento de probar que puede ser el Sosa de
antes, superando los temores que puedan surgir una vez entre al
tabloncillo. “La parte más difícil es la mental; penetrar y saber que
nada va a pasar. Cuatro médicos me dijeron que el hueso no volverá a
romperse y es lo que tengo que tener en mente. Es un momento clave.
Tengo que saber que soy el jugador de antes... que puedo jugar a ese
nivel. Tengo que botar cualquier miedo. Y en esta cancha me voy a
matar”, afirmó.
Aconseja a Ware
Su experiencia le ha servido para ayudar emocionalmente a Ware. Desde el
primer día, Sosa dijo que ha tenido comunicación con el jugador.
“El mismo día de la lesión, después de la operación, estuvimos hablando
por mensajes de texto como por una hora. Si alguien sabía lo que él
estaba pasando, era yo”.
“En esta etapa, él está muy optimista, como a mí me pasó. Ahora todo el
mundo lo ha llamado, el presidente (Barack) Obama, Oprah y Magic
Johnson, pero cuando acaben esas llamadas es cuando tendrá que enfocarse
en su trabajo. Hay que aprender a correr otra vez, ya que no es algo
que haces naturalmente, sino tienes que pensarlo y esforzarte. Le dije
que si trabajaba fuerte iba a regresar. Que todo iba a estar bien, que
el cuerpo va a sanar”, dijo de sus diálogos con Ware.
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