
A pesar de sufrir varias deserciones de varios jóvenes talentosos del
sistema escolar de los Estados Unidos, el futuro del Baloncesto
Dominicano va por buen camino, siempre que los encargados de dirigir el
destino de la próxima generación, actúen con inteligencia y cautela,
podríamos tener un buen núcleo de jugadores con los que se podrá
competir en cualquier nivel. Habrá que darle un seguimiento especial y
mantenerse en contacto permanente con estos muchachos, para poder
solidificar las relaciones entre jugadores, familiares y Federación.